Una historia inesperada
Esta mañana triste y lluviosa estaba aburrida y me he asomado a la ventana. Había poca gente por la calle. De repente, a lo lejos he visto algo rojo que se movía. Me ha llamado la atención. Sin moverme he seguido observando. Era una niña, corría entre calles, coches y autobuses, tenía mucha prisa. Cada vez la veía más claramente, se iba acercando y no paraba de correr. Ha llegado justo al semáforo de enfrente. Cruza el paso y entra en mi portal. ¿A casa de qué vecino irá ? dos minutos más tarde suena el timbre de mi puerta. Me acerco…, Miro por la mirilla y… !La niña del abrigo rojo está al otro lado de mi puerta!
La niña del abrigo rojo tiene la piel pálida, lleva un pantalón blanco y el pelo rizado debido a la lluvia que hace afuera, lleva unas botas rojas que destacan con su abrigo rojo, lleva un paraguas transparente en la mano y se le veía triste.
Le abro la puerta y le digo:
-Hola, ¿Quién eres?
-Hola soy Natalia, quería saber si tu madre se encuentra en casa.
-Encantada yo soy Katherine, y no está mi madre en casa pero igual te puedo ayudar. ¿Qué necesitas?
-Mi madre está enferma y me dijo que viniera a pedir dinero para comprarle medicinas porque no tenemos suficiente dinero, me preguntaba si me podrías prestar dinero y cuando lo recupere te lo devuelvo.
-Sí, claro que te lo presto, si es para comprar medicamentos.
-Muchas gracias te prometo que te lo devolveré.
-No te preocupes.
Entonces yo le doy el dinero y se va a comprar las medicinas, pero decido seguirle, estoy detrás de ella y me doy cuenta de que no va a la farmacia, está acercándose a una señora que está tumbada en el suelo así que decido acercarme para escuchar lo que están hablando y estoy escuchando lo que Natalia está diciéndole a aquella señ.ora y lo único que escuche es:
-Tranquila mamá he conseguido dinero para comprarte la medicina.
En ese momento me pongo muy feliz porque he hecho bien en darle el dinero a Natalia, pero me pongo a pensar que su madre está en el suelo y supongo que no tienen casa, así que me voy inmediatamente a comprarles un piso.
Les he comprado un piso y les voy a dar la sorpresa…
-Hola Natalia, te tengo una sorpresa y es que… Os he comprado un piso a ti y a tu madre!!!
-¡En serio! muchas gracias no sé cómo agradecértelo!!!!
Y de repente su rostro pálido le ha vuelto el color, su abrigo rojo se ha vuelto una camiseta blanca, y sus pantalones blancos se han vuelto azules, y de repente se gira y me da un abrazo.
Me dice:
-Muchas gracias por ayudarme. Gracias a ti he vuelto a ser feliz, desde que mi padre se murió nos quedamos sin dinero así que nos echaron de casa porque no la podíamos pagar. No sé cómo agradecértelo, de verdad.
-Tranquila no me lo tienes que agradecer nada. Me alegro de haberte hecho feliz pero ha llegado la hora de despedirnos, lo siento. Estoy encantada de conocerte, espero que nos veamos otro día.
.
Katherine Lisset
3zikloTalde:Morea