¡Hatari!

Una tarde que estabamos haciendo un safari en la camioneta, ésta se quedó sin gasolina. Los de la camioneta tuvimos que salir para empujar. No pudimos, así que llamaron por teléfono para pedir ayuda.
- ¿Dónde estaban los elfantes tio?
- Espera, todavía no he acabado la historia.
Unos chicos grandes y fuertes vinieron para ayudarnos. Al fín de tanto intentarlo lo llevaron a la gasolinera. Tuvimos que esperar, entonces vinieron unos chicos del pueblo para vender cosas para conseguir dinero. Por fín terminaron y nos fuimos. ¡Pero en camino se nos pincho la rueda! Estabámos en medio de una manada de elefantes, ahora sí que estabamos en un buen lío. El conductor salió del camion con cuidado. Me pidió ayuda y le ayudé a inflar la rueda, pero por mala suerte el elefante macho me pisó el pie. Me llevaron rápido a un hospital. Me dijeron que tenía un hueso roto, pero que no era muy grave. Me pusieron una escayola y estuve una semana con la escayola. Llegó el dia que tuve que volver a casa. Sólo tarde una hora en venir ¡y aquí estoy!
- ¿Tio cuando te pisó el elefante te tuvo que doler, verdad?
- Sí, estuve cuatro dias con dolor. Ese día tuve mala suerte.
- Tio, tengo hambre. ¿Podemos ir a la cocina?
- Si, vamos, yo también tengo hambre.

Lina Aranceta