2010-12-09

Un día en Bilbao

Un día en el que hacía un tiempo muy bueno, mis padres decidieron pasar el día en Bilbao. A mí no me importaba ir, es una ciudad muy bonita,allí siempre me lo pasaba bien y además Bilbao lo conozco muy bien y no tenia miedo de perderme.Cuando llegamos,fuimos al primer parque que vimos.Más tarde,estuvimos paseando cerca del Guggenheim y nos sentamos en un banco para comer los bocadillos que habíamos llevado en la mochila.Cuándo termine el bocadillo,yo seguía teniendo hambre,entonces fuimos a un bar a comer un pincho. Ya eran las cinco y media,y yo quería comprar chuches.Mi madre me dijo que había una tienda de chuches cerca del bar y que me iba a comprar.Yo le dije que no,que no me iba a perder pero mi madre me dijo que sola no iba a ninguna parte.Yo le insistí y al final me dijo que hiciera lo que quisiera.Entonces, mi padre me dio dinero y yo fui a la tienda.Cuando salí no me acordaba por donde se volví al bar y muy nerviosa.Intentaba recordar el nombre del bar para preguntar a alguien, por donde se iba pero no me acordaba.Lo único que podía hacer era quedarme allí quieta, por si mis padres iban a buscarme. Pasó bastante tiempo, y yo cada vez estaba más nerviosa. No sabía que hacer. De repente oí hombres que iban a ir al bar de Edu.¡Ese era el bar, ahí estaban mis padres! Entonces, lo único que tenía que hacer era seguir a aquellos hombres. Les seguí y allí estaba el bar,pero...!Mis padres no estaban¡ En ese momento si que me puse nerviosa,y lo único que se me pasaba por la cabeza fue que se habían olvidado de mí.Entonces me puse a llorar y una anciana que pasaba por allí me preguntó: 
-¿Qué te pasa, cariño?
Y yo le conté todo . Entonces la amable señora me preguntó haber si sabía el número de teléfono de mis padres,pero en ese momento, de tan nerviosa que estaba, no me acordaba de ningún número de teléfono.La anciana me dijo que me tranquilizara y que no llorara más .La anciana me dijo que la única solución era ir a donde la policía. Entonces me llevó asta allí .La policía me pregunto los nombres de mis padres y con un altavoz lo anunciaron por todo Bilbao. Pasó  media  hora  y de repente aparecieron mis padres y me dieron el abrazo más grande que me habían dado en toda mi vida .Ese día no fue tan malo porque aprendí varias cosas: A hacer caso a lo que me diga mi madre,y que no puedo ir sola por una ciudad tan grande y donde hay  muchas personas que no conozco.
Julene de la Cruz
Ezkia gela 
Berde Iluna   


1 comentario:

  1. Nos ha gustado tu trabajo. Nosotras también conocemos Bilbao y nos ha parecido que lo has descrito muy bien.

    ResponderEliminar