2019-06-14

EL TREN

Muchas veces los niños se acercan al borde de la vía para ver pasar los trenes. El paso de lo trenes es un espectáculo muy divertido, sobre todo por lo grandón que es el ruido que hace. 

Había una vez un niño llamado Carlos que estaba obsesionado con los trenes. Quería tener un tren para él solo, o dos, o tres, o cuatro... Soñaba con ser el maquinista de un tren. Pero un día... 1,2,3... apareció en un tren. Él no sabía qué estaba pasando, ¿Estaba soñando? No sabía si estaba soñando, pero lo que si sabía era que estaba cumpliendo su sueño. Si, le gustaban mucho los trenes, pero nunca había conducido uno, ¡no sabía conducirlo! 

Entonces ¡Un ruido asustó mucho a Carlos! ¡Pumm! Estaba muy asustado, hasta que todo desapareció y se despertó en un hospital. Resulta que había estado ingresado porque un día se acercó mucho al tren y sin querer le empujaron. No llegó a caer a las vías, pero se dió un buen golpe. 

Desde aquel día seguía siendo un apasionada por los trenes, pero a cierta distancia.

Nerea Olaetxea 
Talde berdea

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