El coleccionista de nuves

Desde siempre, a la gente le ha dado por coleccionar cosas. Yo recuerdo haber hecho colecciones de cromos de todas clases, que luego pegaba en albumes. Los tenia de animales salvajes, de dibujos animados, de deportistas... Y hay mucha gente que colecciona sellos, monedas, cuadros...

El otro dia me entere de que un señor coleccionaba botones y otro veletas de campanario. ¿ Y qué me decis de esa mania de los adultos de guerdar billetes de banco, sin importarles que esten repetidos? Pues bien, nada de eso me sorprende. Lo que si me causo extrañeza fue saber que hay un señor que colecciona nubes. Si, si habeis oido bien: he dicho NUBES.

Este curioso personaje vivia en una casita de madera que se habia construido en lo mas alto de la montaña. Amaba el campo, los pajaros, la nieve...; pero sobre todo amaba las nubes.

Cada día cogía su telescopio y se quedaba mirando una nube, se quedaba con una cara muy rara cada vez que las nubes iban cambiando de forma o se desacian. Se fijaba mucho en la forma de una nube, y si le gustaban cogia una camara y sacaba una foto para copiarlo con mucho detalle, depues, en su cuaderno.

Un dia cualquiera Rubén, asi se llamaba el coleccionista de nubes, miró al cielo, con una mueca rara en la cara, volvió a fijarse mejor. ¡Pero nada! ¡No había nubes!

Miro el tiempo en diferentes paginas web y en todas decia que iba a haber bastantes nubes.

Los proximos dias, igual, en internet decia que iba a haber nubes, pero nada. Rubén bajo de su cabaña y decidio ir al pueblo.

Cuando llegó la gente se acercó y le dijo:

-¡Rubén!¡Rubén!¡¿Qué ha pasado?! ¡¿Dondé estan las nubes?!

Rubén no sabia qué decir, pero pregunto:

-¿Porqué yo deberia saberlo?

La gente más alarmada todavía empezó a hacerse grupitos y a comentar la situacion.

Y, de repente una pregunta salio de la cabeza de varios aldeanos:

-¡¿Comó va a llover sin nubes?!

Al fin y al cabo las tierras se secarían, no podrian bañarse, ni beber... ¡SE MORIRIAN TODOS!

La gente chillando dejaban alucinados a Rubén, tenia que averiguar que pasaba. Antes de que pudiera decir nada un abuelo y un niño empezaron a cantar, ¡Cantaban FATAL! Todos se taparon las orejas como podian, algunas persoas empezaron a llorar del horrible ruido, pero...

¡TODOS ALUCINARON CUANDO ESTABAN CUBIERTOS DE AGUA DE LLUVIA!

   AMAIERA

 Ane Astobiza Zarandona

Talde Morea